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¿Educación o abuso?




 

La polémica en torno al trabajo de los equinos, como caballos, burros e híbridos, es recurrente y suscita reflexión, especialmente a la luz de los conocimientos del siglo XXI. Esto plantea la idea de que la historia de la humanidad, antes y después de Jesucristo, siempre ha estado acompañada de la presencia de equinos pero no repetiré lo ya dicho sobre este tema (ver el post Mula ¿de dónde vienes?) .


¿Por qué equinos? Estos animales tienen una estructura social, con reglas para una vida beneficiosa en comunidad, como ocurre con cualquier grupo, animal o humano. Algunos individuos serán más dominantes, otros más reservados, pero todos se adaptarán para sobrevivir, porque la adaptación es la clave para la supervivencia de una especie.


Sin embargo, el espacio disponible para estos animales está claramente disminuyendo a favor del hábitat humano y su huella agrícola. Esta realidad puede parecer brutal, pero es cierta. A pesar de las hambrunas, las guerras, las epidemias, los genocidios y las esterilizaciones que las acompañan, la humanidad sigue siendo dura y se reproduce, consumiendo cada vez más. Sin embargo, los equinos lograron sobrevivir, a diferencia del dodo, el alce francés o el bisonte europeo, porque aceptaron la domesticación y fueron utilizados como fuerza laboral. Cabe recordar que después de los años 1970, los caballos de tiro debieron su "supervivencia" al consumo de carne equina. Las mulas casi desaparecieron, borradas por el tractor y el semirremolque.


Volvamos a la pregunta inicial: ¿por qué los equinos? Es precisamente la huella de esta cultura jerárquica la que ha permitido al hombre domesticarlos, al igual que los perros que viven en manadas.


Recordatorio de las relaciones sociales en una manada.


En el siglo XXI, la supervivencia humana depende mucho menos de los animales, excepto para la alimentación. En el trabajo, las máquinas han tomado el relevo, con la contaminación y la explotación humana que las acompañan.


La mayoría de los equinos se han convertido en animales recreativos. Esta transición abre nuevas preguntas, porque el ocio implica muchos parámetros específicos de cada persona y la ideología personal ha prevalecido sobre la tradición: deporte, equitación, conducción, equinoterapia, coaching y mantenimiento de espacios verdes. Cada inversión estará íntimamente ligada a la experiencia, sensibilidad, cultura y zona geográfica del propietario humano.



Sin embargo, queda la cuestión de la educación. Su etimología, tomada del latín, tiene un doble origen: "educar" significa nutrir, y "educere" significa sacar de, conducir hacia, en una palabra: criar. Esto no parece relevante cuando hablamos de equinos.


Entonces usemos la palabra "doma", derivada del latín "directiare" que significa "enderezar, enderezar", pero eso tampoco es del todo correcto.


"Aprendizaje" parece ser una mejor opción, del francés antiguo "aprentic", "aprentif" del siglo XIII, o del popular latín "apprenditicius", "apprenditum" que significa "aprendido".

Los equinos aprenden de los humanos y viceversa.


Pero quien dice aprendizaje dice conocimiento, disciplina, pedagogía y bondad de ambas partes.


Y una pizca de restricción. Esta es la mala palabra que se dice. Restricción, derivada de "stringo" que significa "apretar" con el prefijo "con-". Aquí estamos !

Ayudar a un equino, y más concretamente a una mula, a aprender su lugar entre nosotros. Como no tenemos los mismos códigos sociales, es una exigencia de seguridad: así evitamos que el diálogo visto desde el lado sea el mismo que con un compañero de 500 kg. Estamos aquí en un intercambio intercultural, entre especies además. ¡Esta comunicación es un arte! No mencionaré una mala palabra como antropomorfismo, que quisiera imponer sus propias emociones a otra especie, una especie de colonialismo emocional.

¡Ni juegos de villanos ni juegos de humanos!


La base es el respeto mutuo: yo respeto tus códigos, tú respetas los míos. Eso es genial. Pero ¿qué es ese “respeto por todos” (concepción humana) para una mula?

La restricción está presente en ambos bandos, especialmente con las mulas.

Puedo imponer mi poder, pero ¿con o en contra?


  • En contra: rompo, golpeo. Con las mulas, será necesario dosificarlo... Ha sucedido, probablemente sigue sucediendo y produce animales extremadamente peligrosos, poco sumisos y muy a menudo irrecuperables. Aquí no hablo de la mula que fue golpeada, simplemente golpeada, sino de la mula golpeada hasta sangrar, privada de alimento para debilitarla o encadenada hasta sangrar para someterla.


  • Con: Te respeto y tú también me respetas. Sí, soy el humano que decide por ti porque tus códigos son peligrosos para mí. Ok, no lo entiendes, te lo explico. Ok, si eso te molesta, cambiemos. Ok, hoy no quieres hacer nada, nosotros no hacemos nada. Pero ya ves, hoy tenemos que arar este campo. El trigo que allí crece será usado para el pan que me alimentará o la hierba que allí crecerá será para alimentaros a vosotros. Entonces tenemos que ir allí. Y sí, ¡ahí tenemos limitaciones! Lo mismo que cuando en un rebaño hay un conflicto de recursos o un individuo particularmente "juguetón" hace girar a sus compañeros alrededor de un pesebre o bloquea el acceso al punto de agua después de haber dado de beber a su sed. Ésta es la razón por la que los equinos entienden el concepto de restricción.




La forma en que se entrene y utilice una mula dependerá en gran medida de la función que se le destine. Como mascota, puede estar expuesta a menos limitaciones y a un aprendizaje más flexible, centrado en la socialización y la interacción con los humanos. Como animal de carga, puede requerir un entrenamiento más estricto para acostumbrarse a transportar cargas y seguir órdenes específicas.


Para la tracción animal, el trabajo puede ser más exigente porque la mula no sólo debe estar bien entrenada para obedecer órdenes, sino que también debe desarrollar la fuerza y ​​la resistencia necesarias para tirar de cargas. Trabajar en colaboración con el referente humano es aquí fundamental.


En el caso de la clasificación del ganado, donde la cooperación entre mulas y humanos es crucial, la formación puede ser intensiva y especializada. Suele ser un trabajo muy técnico, en el que la mula debe comprender señales sutiles y reaccionar rápidamente a los movimientos del ganado.


En cada caso, el grado de restricción y aprendizaje variará dependiendo de los requisitos específicos del papel que debe desempeñar la mula, así como del entrenamiento y los métodos de trabajo preferidos del humano de referencia.


Pero, sin embargo, hay que tener cuidado con las mulas "cortacésped", sin educación o con poca educación por falta de conocimientos. Ignorar la educación de una mula puede tener consecuencias nocivas, porque este animal inteligente y autónomo buscará satisfacer sus necesidades por sí solo, lo que puede resultar peligroso para él y quienes lo rodean.





NB: Acepté libremente escribir este artículo, mi mula aceptó ayudarme quedándose al sol y acepté, bajo su coerción, tomar mi auto para ir a comprar pan a la tienda local.








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